martes, septiembre 13, 2005

Amigo Alberto

Amigo mío, que te puedo decir de lo que sucede en este lapso de tiempo.

No tengo palabras para expresar, lo que en estos momentos, siento por ustedes. Tú y los tuyos han entrado al la sección del convencimiento, pero es inadmisible e inaceptable los eventos que se les han presentado.

La realidad de todo lo que nos aqueja, es que nos mantienen en un estado de catalepsia y olvidamos que somos los seres, mortalmente, mas débiles del planeta.

Amigo querido, en esto de la vida, algo ha dictaminado que estemos juntos y logremos evidenciar el significado real de nuestra coexistencia, en el orden de los hechos y las cosas.

Quien te dio la vida y te amamantó, educó y forjó debe continuar en ti. Lograr establecer las prioridades positivas que te fueron entregadas y potenciarlas aún más. El orgullo para una persona siempre será prioridad aquí y en todos los otros estados. Piensa que, desde ahora en adelante, te toca empezar a enorgullecer.

Si la vida estuviera constituida de fracasos no valdría la pena vivirla, y las luchas que damos por aferrarnos nos indican que si existen los éxitos, pero muy pocos de ellos vemos.

No te pido que confíes en mis palabras, ya que ellas se han conjugado en una suerte de análisis crítico. No existe nivel dogmático para lo que siento y expreso en estas líneas, solo me sujeto a mi nivel de convencimiento, por la infinidad de hechos concatenados que sentencian una sola cosa: Concluir con nuestras actividades biológicas, no es sinónimo del fin.

Estoy más que seguro que a todos y cada uno de los que obramos con bien, y nos tratamos de entendernos con nuestro entorno, se nos otorga una posición en nuevo orden. Una ordenanza que está por sobre nuestra raza mortal y que a la hora de ser celestes, nos pueden conferir tal lugar en el nuevo esquema.

Sin embargo la lucha está aquí y, es en este sitio, en donde debemos trabajar y entender cual es nuestro encargo como seres pensantes, inteligentes y amantes.

Amigo mío a lo mejor mi tía tiene más que concretado su encargo, y logró su cometido en esta vida. Abriéndose la verdadera brecha del espacio y tiempo solicitándole a tu madre que transmita, con ese corazón tan grande que tiene, a otros como se ha de hacer en una vida con límites.

Pienso en infinitas razones por las cuales a los padres los necesitan en otra parte tal y como fueron, son y deberían ser siendo.

En este día que te escribo, pensando en el futuro, expresándote que siempre recibirás de mí la misma comprensión y afecto que te tengo.

Héctor Quijada.

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