Nuevamente, un amigo me dijo que había una persona que podría haber evitado la guerra, si lo hubiera querido. Pensé yo, entonces, que algún artista famoso habría sido la persona que, anunciando su arribo al territorio de Irak, hubiera logrado detener el ataque de los guerreros más poderosos del planeta. Sin embargo, mi cabeza no es tan diestra cuando de improviso se le cuestionan asuntos mundiales.
Obviamente respondí cualquier nombre, inclusive por ahí se me cruzo el del Dalai Lama, pero no le acerté. Viendo entonces que no llegaría a puerto, mi bien ponderado amigo decidió darme la respuesta: “El Papa lo hubiera logrado”.
Y desde ahí en adelante se me expandió una suerte de coincidencias tan grandes, como hechos de facto. Por una parte es bien sabido que las concentraciones más grandes, de personas, que ha tenido cualquier evento, todavía no superan a las que se realizan en nombre de Dios y que son convocadas por el más cercano de los hombres a la divinidad, el Papa.
Si el Papa hubiera tenido la intención de haber evitado el conflicto bélico en Irak no habría dudado en preguntarle a la Curia cuantos estaban con él; habría preguntado en la Plaza San Pedro del Vaticano, en donde oficia misas multitudinarias, cuantos lo hubieran seguido hasta el medio Oriente. Acto seguido, arriba de su Papamovil, hubiera ido a su avión, subido a él y viajado hasta el mismísimo Irak.
Sacando un cálculo pequeño y rápido, no me cabe duda que más de la mitad de las personas que, teniendo los medios, jactándose de ser católicas y observando lo que hace el máximo jerarca de su Iglesia, no hubieran dudado en seguirlo y acompañarlo. Habrían manifestado espontáneamente sin esperar un llamado de la autoridad o de un grupo en específico, una adhesión inquebrantable a todo lo dicho y hecho por el Papa. Además, la reacción se habría expandido de tal forma que, a escala mundial el movimiento no habría tenido parangones y más de algún sistema habría colapsado por el ausentismo, que se habría provocado. Pero nade de eso pasó.
Por una parte, puedo decirles que la segunda religión más grande del planeta es la Islámica. Este movimiento fundamentalista se basa, sin cuestionar, en lo que está escrito en el Corán y en las palabras de su profeta Mahoma. Muchos de nosotros los conocemos como los Musulmanes y obviamente habrá otros que los conocen con otra denominación.
Mucho de los fundamentos de esta religión no están en acuerdo con la Cristiana. No tiene una estructura como la Católica, Evangélica, Anglicana, Mormona, etc. El musulmán no necesita de intermediarios para contactarse con Alá, y está facultado, por su creencia, para establecer contacto cinco veces al día con su creador. No hay necesidad de una Iglesia, Templo o Sinagoga. Y está, transversalmente en oposición con las creencias Judías, que ellos son un pueblo elegido ya que por si solos no tendrán la salvación.
El Corán, independiente de las corrientes que existan en pro de su veneración, tiene más adeptos, con una fe más ferviente y dogmática que cualquier otra religión. Buenos atributos que nosotros podríamos tener para ser igual de creyentes que ellos. No obstante, nuestras religiones se han forjado por políticas de guerra, divisiones y sectarismos, en donde la historia a jugado un papel crucial para reconocer qué son nuestros credos.
Todo lo anterior es sabido por el jerarca de la Iglesia Católica y de las demás corrientes cristianas. Y no podemos dejar de lado a los que ni siquiera creen en Jesucristo como hijo del Dios altísimo y salvador de la humanidad, tanto es así que ni se rigen por el calendario de la era cristiana: El pueblo elegido, los Judíos.
Por ello es que les vengo a decir que la guerra en Irak era inevitable. Ya que las corrientes religiosas, políticas, culturales, económicas que dominan al mundo occidental no están dispuestas a defender un concepto y una practica diferente a la de ellos. También por que quieren evangelizar o diezmar a quienes tienen el petróleo y de esa forma aumentar el dominio y acortar el crecimiento de los que, otrora, representan al paganismo.
¿Qué les parece?
Hache Kija Ol.
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